Amo, aún hoy, esa tierra que habité. Sus eneros templados. La quietud y el recogimiento que brindan en invierno sus kilómetros de litoral. Amo su capacidad de acoger por igual a tanta diversidad de gentes que aquí vienen a parar. Amo su sonrisa, el tempo amable que imprime a su quehacer. Adoro su herencia fenicia y grecolatina que la da esa impronta de pueblo sabio, filosófico. De un pueblo que durante siglos ha recibido promesas, halagos y sonrisas que ocultaban intenciones aviesas y a las que ha sabido sobreponerse siempre con un baile, un cante, un toque y un trago de vino.
Amo este enclave ribereño del Mediterráneo, escondite limpio, atalaya clara y prominente desde la que observo, con una sonrisa irónica en la boca, los tejemanejes, el mercantilismo, el maquinismo, la globalización y el neoliberalismo triunfantes, allá lejos, en el exterior. ¡Qué hueros resultan desde aquí todos esos "ismos"!
Aquí sabemos encontrar tiempo para conversar. El aroma del café negro perfuma tertulias y conversaciones. En el brillo de el chorro de aceite de oliva, atravesado por esa luz tan especial cuando, lentamente, cae sobre la rebanada de pan caliente de tahona, están encerradas la historia, la mitología y la sabiduría de esta tierra, de este pueblo.
La mantequilla, tan útil para aquellos que habitan paralelos más "globalizados", ha sido aquí desterrada, impotente ante el monumento sensorial del aceite. Y los sentidos, próximos a la ataraxia epicúrea, todavía son capaces de enardecerse un poco más cuando, de repente, el deje de una conversación resuena al azar y el campanilleo de las sonrisas blancas ilumina el entorno. Ese acento, esa gracia, imprime el ritmo de bulería en el cerebro.
Nada hay como esos días de invierno bajo el sol del Mediterráneo, tras algunos días desapacibles. Los rayos del rey obran el milagro de hacer brotar a las gentes como por ensalmo, y éstas inundan terrazas, playas, mentideros... Y cualquier paseo se transmuta en ágora donde encontrar amigos, conocidos o forasteros por conocer, dispuestos a entablar conversación.