Hoy cumples catorce años. Hoy no puedo estar contigo. No podemos celebrarlo juntos, como venimos haciéndolo durante los cinco últimos años. Porque hoy estás viajando, al encuentro de tu futuro.
Nuestras vidas se juntaron cuando eras muy niño. Un pequeño de ojos vivos, pelo rizado y gordos mofletes, que me miraba entre receloso y anhelante, buscando en mí la respuesta a sus vacíos, a sus inseguridades. Mostrándose como un hombre responsable y duro, guardián de su madre, de su tesoro. Un hombre como hay que ser, como los que a mí me gustan.
Hace casi cinco años unimos nuestras vidas. Fuiste, eres, para mí la oportunidad de ser aquello que la vida me había negado. Puse, pongo, en ti todas mis esperanzas y mis creencias en que la cultura, el honor, la verdad, la valentía, la elegancia y la caballerosidad son las mejores llaves y armas con las que se pueda abrir puertas y combatir en esta vida.
Nunca me has defraudado. Nunca he visto en ti un pequeño asomo de duda ante las tentaciones y los cantos de sirena del lado oscuro. Siempre te has mantenido increíblemente firme y seguro de tus convicciones, de tus fidelidades y de tus aficiones. Eres el presagio de un hombre, con mayúsculas. Los cimientos de ese edificio que sabrá seguir combatiendo contra el reverso de la fuerza. Y te amo por ello.
Te amo por lo que eres. Te amo por cómo amas. Te amo por preguntarme todos los días qué tal me ha ido. Por cuidar de lo que más amo en este mundo. Por no dejarte seducir por la falsedad del brillo salchichero del dinero nuevo. Por defender tus ideas y convicciones aún a riesgo de perderlo todo, o sabiendo que todo lo perderás.
Te amo por la luz que emites. Por las carcajadas sinceras con que decoras los silencios del hogar. Porque eres, quizás, el más hombre de todos los hombres con los que me he encontrado. Porque te enfrentas a la oscuridad y siempre sales victorioso. Por defender tus ideales.
Porque, aunque cada vez que intentas llamarme papá me hago el duro y te recuerdo que no lo soy, mi corazón se abre y se derrama sobre las razones lógicas y biológicas que esgrimo, convirtiéndolas en pura pose. En “conversa fiada”.
Te amo tanto que hoy, que no estás conmigo, tengo un vacío extraño en el alma.
Feliz cumpleaños, Henrique. Felicidades, Amor.